COMO EL AGUILA
Las águilas cuando al pasar los aňos se sienten cansadas, remontan el vuelo hasta alcanzar la montaña más alta. Allí con su pico comienzan arrancar sus plumas ya deterioradas, se las arrancan todas a pesar del dolor que este proceso produce. Luego golpean con fuerza su pico y sus garras sobre la roca hasta quebrarlas.
Así quedan ensangrentadas, dolidas e indefensas en lo alto de la montaña. A los pocos días empiezan a crecerle nuevas plumas, nuevo pico y nuevas garras, más bellas, más relucientes, más fuertes.
Cuando bajan de la montana lo hacen rejuvenecidas con mas vitalidad, con mas juventud que nunca, y esparcen sus alas en toda su poderosa fuerza, belleza y extensión.
No importa lo cansado que podamos estar.
A pesar del dolor más profundo.
Cuando hemos perdido todo lo que teníamos, todo lo que éramos.
En la soledad de la altura, donde el silencio es un silbido apacible, no un viento recio, no un fuego que arrasa.
Allí podemos renovar nuestras fuerzas, descubrir que todavía hay hermosura en nuestro interior.
Y entender que el mundo ni siquiera se imagina de lo que somos todavía capaces de dar.
2 Comments:
¿De verdad es asi con las águilas? No lo sabía.
Siempre me he comparado con una.
Querido Elias,
Buena enseñanza nos dejan estos animalitos.
Deseo estes bien.
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